Monoï en verano: guía práctica para piel y cabello con “efecto vacaciones”

Monoï en verano: guía práctica para piel y cabello con “efecto vacaciones”

El monoï —aceite de coco macerado con flores frescas de tiare— es ese aliado que hace que todo se sienta más fácil en verano: deja la piel flexible, aporta brillo suave al cabello y suma un toque sensorial que eleva cualquier rutina. Aquí va una guía clara y accionable para usarlo antes, durante y después del sol.

Por qué el monoï funciona tan bien en verano

  • Textura sedosa y confortable: se funde al contacto con la piel, sin sensación pesada.
  • “Brillo sano” inmediato: en piernas, brazos y escote da un acabado luminoso, nada grasoso si dosificas bien.
  • Cabello más dócil: 1–3 gotas ordenan frizz y puntas, sobre todo después de mar o piscina.

Ritual que baja revoluciones: el perfume floral del tiare convierte 2 minutos en un momento para ti.

Tu ritual de verano, paso a paso

A) Antes de salir

  1. Ducha rápida y exfoliación suave 1–2 veces/semana para nivelar textura.

  2. En piel húmeda, aplica una capa fina de Hidratante con monoï con masajes circulares.

  3. Bloqueador según tu fototipo.

Cabello: 1–2 gotas de aceite nutritivo en medios y puntas; si te expones a sal o cloro, añade una gota extra como “escudo” sensorial.

B) Durante el día

  • Reaplica bloqueador según indicaciones.
  • Si notas tirantez, haz una bruma exprés (agua + 2–3 gotas de monoï en un mini spray; agita bien y evita contorno de ojos).
  • Evita las horas de alta radiación (11–16).

C) Después del sol (post-sol)

  1. Ducha tibia para retirar sal/arena/cloro.
  2. Capa generosa de monoï en piel limpia y tibia; masaje lento para confort y suavidad.
  3. Cabello: tratamiento pre-lavado con monoï (30 minutos o toda la noche) y luego shampoo suave. Resultado: brillo, puntas elásticas y menos frizz.

Cabello a prueba de verano

  • Día de playa/piscina: 1–3 gotas en medios y puntas antes de salir. Peina con dedos o peine ancho.

Noche de recuperación: aplica una cantidad un poco mayor, trenza suelta y lava al día siguiente.

Piel luminosa sin exceso (micro-tips que ayudan)

  • Menos es más: empieza con pocas gotas; añade si lo sientes necesario.
  • Puntos de luz: hombros, clavículas y pantorrillas responden excelente a un toque mínimo.

Zonas secas (codos, rodillas, talones): aplica al final con lo que quedó en tus manos.

Bronceadores con monoï (lo que sí y lo que no)

  • Acompañan el look dorado con una textura cómoda sobre la piel.
  • No son bloqueadores ni autobronceantes.

Úsalos con prudencia, evitando horas de máxima radiación y siempre con protector aparte.

Conservación y textura (preguntas que siempre aparecen)

  • Si el monoï se ve denso o sólido con el frío, es normal. Coloca la botella bajo agua tibia unos minutos o llévala al baño mientras te duchas; volverá a líquido.
  • Intenta no superar 50 °C al calentarlo.
  • Vida útil orientativa: hasta 30 meses desde producción. Muchos monoï puros incluyen vitamina E natural, que ayuda a conservarlo.

Guarda el frasco bien cerrado, lejos de calor directo y luz intensa.

El verano se disfruta más cuando tu rutina es simple: ducha, monoï, bloqueador, y listo. Un gesto breve que deja la piel flexible y el cabello en su lugar, con una fragancia que acompaña sin invadir.

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